jueves, 19 de febrero de 2015

Descubrimiento de Cancho Roano

     
  
No somos los quintanejos muy dados a reconocer los méritos, valores, hazañas... de nuestros paisanos. Por el contrario, somos muy proclives a criticar negativamente e intentar desprestigiar la labor meritoria de aquellos. En esto no gozamos de la exclusividad y tampoco es nuevo. Ya en la Biblia, se dice: En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria (Lucas, 4:24); y aquí podría estar el origen de aquella frase tan conocida de que "Nadie es profeta en su tierra".

En el descubrimiento de Cancho Roano tuvo una especial participación el vecino de Quintana de la Serena (Badajoz), José Antonio Hidalgo-Chacón Antón, maestro, aficionado a la arqueología, y que tendría en sus manos algunas de las primeras piezas o fragmentos hallados en aquel lugar. Un año antes de iniciarse las excavaciones, fue entregado al Museo Arqueológico Provincial de Badajoz por Hidalgo-Chacón un lote de materiales, entre los que se encontraban: Un fragmento de jarro de bronce; dos ejemplares de fíbulas, de las tres recogidas en las memorias de Maluquer; una rueda de bronce perteneciente a una placa zoomorfa; y tres botones de pequeño tamaño identificados por Maluquer como adornos de los atalajes de los caballos (Celestino/De Zulueta, 2003: 25, 41, 49, 62). Sin duda contribuiría a despertar el interés por aquel túmulo -un montículo llamado La Torruca donde Jeromo Bueno, vecino de Zalamea de la Serena (Badajoz) y propietario de una de las parcelas donde se ubicaba el yacimiento, construyó una alberca que sería la causa del hallazgo-, hasta el punto de ser considerado, como el descubridor del yacimiento: <<... los objetos entregados por el descubridor del yacimiento, Hidalgo-Chacón, en 1977, que en definitiva son los primeros objetos procedentes del entonces túmulo de Cancho Roano...>> (Celestino/De Zulueta, 2003: 16). <<Alertado por don Pedro Dávila, gran amigo del arte y de la arqueología, enamorado de la villa de Zalamea, don José Antonio Hidalgo, maestro nacional de Quintana de la Serena, fue recogiendo cerámicas y bronces junto con algún hierro, que trasladó a su escuela, depositándose más tarde en el Museo de Badajoz a petición de su director, don José María Álvarez>> (Maluquer de Motes, 1981: 233).

BIBLIOGRAFÍA
CELESTINO PÉREZ, Sebastián y DE ZULUETA DE LA IGLESIA, Paloma (2003): Los Bronces de Cancho Roano. Cancho Roano IX. Los Materiales Arqueológicos II. Edición científica: Sebastián Celestino Pérez. Instituto de Arqueología de Mérida. CSIC. Consejería de Cultura. Bartolomé Gil Santacruz, Badajoz, pp. 9-123.
MALUQUER DE MOTES Y NICOLAU, Joan (1981): El santuario Protohistórico de Zalamea de la Serena (Badajoz): 1978-1981. Universidad de Barcelona. Departamento de Prehistoria y Arqueología. CSIC. Programa de Investigación Protohistórica IV. Barcelona.